UN CERDO ASALTA LOS CIELOS

El año 1976 será recordado en el mundo de la aeronáutica por el primer vuelo supersónico del Concorde,  por el primer aterrizaje en Marte de la nave Viking 1 de los Estados Unidos, y por un cerdo llamado Algie que sobrevoló Londres de este a oeste perseguido por un helicóptero policial. Unas 52 millas de viaje, desde Battersea Park Power Station a los campos de Kent, provocando el cierre parcial del espacio aéreo en Heathrow Airport y el monumental enfado de un ganadero al ver como un cerdo inflable del tamaño de un autobús le daba un susto de muerte a sus vacas al “aterrizar” en su pradera…

Siempre que tengo entre mis manos el disco Animals de Pink Floyd me detengo un rato a  admirar  la icónica foto de la portada tomada por Aubrey Powell aquel 2 de Diciembre de 1976 con el cerdo Algie suspendido entre dos de las chimeneas del Power Station, justo antes de soltarse del cable que lo sujetaba y escaparse  en aquel vuelo accidental.  Ese inflable gigante ideado por Roger Waters para la portada de un disco que reúne canciones sobre temas como el capitalismo y los diferente estratos sociales en los países industrializados. Un disco claramente influenciado por la novela Rebelión en la Granja de George Orwell.

 

Pongo el vinilo sobre el plato giratorio del tocadiscos, acerco la aguja y la primera pista Pigs on the Wing comienza a sonar.  Hoy es lunes, y el cocktail bar a primera hora de la tarde está siempre casi vacío, especialmente a comienzos de semana, por eso los camareros me permiten tomarme la libertad de elegir banda sonora para todos. Una de las pequeñas ventajas de ser un habitual.

Michelle me sirve mi cocktail, mi restless de tequila:

¿Sabías que Pink Floyd son junto a los Beatles y Led Zeppelin las bandas de rock que más han vendido en la historia? – apostilla–.

Sé que lo que dice es cierto. Hace tan solo unos días que visité la última exposición del Museo Victoria and Albert de Londres, bautizada como “Pink Floyd - Their Mortal Remains” y que abrirá hasta el 1 de Octubre de 2017. Una exposición en la que el museo no se ha quedado corto en ambición, al igual que nunca lo hizo la  banda inglesa que durante décadas ha vendido más de trescientos millones de discos, y que a día de hoy sigue vendiendo más de 7.000 copias de su disco The Dark Side of The Moon cada semana.

Desde el primer instante la exposición homenajea ese mundo psicodélico que les diferenció del resto de los músicos de la época. El visitante entra a primera sala a través de una recreación gigante de la furgoneta Bedford negra que Pink Floyd utilizaban para transportar el material en sus primeros conciertos, y como Alicia a través de la madriguera, entras en el Londres subterráneo de finales de los sesenta, donde Pink Floyd aspiraban al título de reyes de la psicodelia descargando composiciones de veinte minutos como banda residente en la legendaria sala de conciertos UFO. 

La iluminación en las salas de exposición es baja, y la música cambia en tus auriculares a medida que te mueves por las diferentes áreas de visualización. La historia se cuenta con cartas, dibujos, carteles, imágenes de video, recortes de periódicos, instrumentos musicales, y objetos extraños, algunos de ellos réplicas. Sala a sala de vas encontrando de todo, desde los dibujos técnicos de la estación de tren de Cambridge del 1962 de un jovencísimo Roger Waters, que por aquella época era estudiante de arquitectura, hasta el proyector usado por el técnico de iluminación de la banda Peter Wynne Wilson en la sala de conciertos UFO (el cual al parecer, a veces usaba condones estirados quemándose dentro del proyector para crear efectos de color). 

La cantidad de detalles puede resultar algo abrumadora ya que la exposición usa todo el espacio en cada sala, desde el suelo hasta los techos atestados con objetos. Desde bolas giratorias de espejos con pétalos de flores, hasta las réplicas de los aviones de cartón piedra utilizados para explosionar en sus conciertos, o incluso la bicicleta de color rojo que inspiró la canción Bike compuesta por Syd Barrett para el álbum The Piper at the Gates of Down de 1967, que se grabó en los estudios de Abbey Road, justo en la habitación de al lado y al mismo tiempo que los Beatles estaban grabando el Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band.

Hay explicaciones sobre los procesos de escritura y grabación de algunas de sus canciones más memorables, así como imágenes de video que describen cómo se hicieron varias de sus portadas de álbum, la más destacable  la de Wish You Were Here, en la que el especialista de cine Ronnie Rondell tuvo que ser incendiado 15 veces en los estudios de Warner Bros de Hollywood para poder tomar la icónica instantanea con la luz perfecta.

Eventualmente llegas a una enorme sala que contiene varios inflables gigantes, como el del maléfico profesor utilizado para la gira The Wall, el del cerdo Algie, y hasta una réplica de la central de Battersea Park. 

Las cabezas de metal de División Bell ocupan otra sala, donde se exponen estadísticas sobre la gira posterior a éste disco (parece ser que se necesitaban tres días para montar el escenario de la etapa División Bell).

La exposición también ofrece una visión de la psicología detrás del proceso creativo de la banda. Audrey Powell, encargado del diseño de la exposición, explica al personaje del infame "maestro" retratado en el disco The Wall mostrando la vara de castigo real usada para golpear a Roger Waters durante sus años de colegio. "Regresamos a la vieja escuela de Roger en Cambridge y encontramos el libro original y la vara que se usaba para castigar y pegar a Roger", dice Powell. Ese tipo de vínculos entre algo que sucedió cuando Roger estaba en la escuela y la creación del disco The Wall son realmente importantes. Pasas de ver el profesor inflable, que es de 25 pies de alto, a ver el bastón original con que le golpeaban y todo encaja. Poco a poco te vas percatando de cómo muchas de las ideas y conceptos en Pink Floyd fueron concebidos a lo largo de los años.

 

 

La exposición concluye en una sala cuadrada con pantallas de video en las cuatro paredes donde se puede ver el Live 8 de 2005 , un concierto en el que Roger waters, David Gilmour, Nick Mason, y Rick Wright se reunieron para tocar juntos por primera y última vez después de vez de más de 20 años de separación. La actuación ha sido remezclada en los estudios de Abbey Road para esta exposición, y se presenta en 3D usando 18 altavoces de monitor y siete subwoofers. El resultado es una intensa sobrecarga sensorial, así como una de las únicas veces durante la exposición en que se llega a ver las caras de los músicos de cerca.

 

https://www.youtube.com/watch?v=ljaU7YcrKAU

 

 

Claramente esta exposición es tanto una celebración de la tecnología, y de la evolución sonora y visual, como lo es de la banda. Todo ello, sumado a la luz tenue y a la audioguía que salta automáticamente según se acerca uno a cada pieza, convierte muy apropiadamente la experiencia en algo parecido a uno de esos viajes psicodélicos que alimentaron la imaginación de un grupo irrepetible.

El cocktail bar empieza ya a llenarse, así que apuro mi restless de tequila mientras suena la última pista del disco Animals. He estado ojeando entre los vinilos y he encontrado el álbum Presence de Led Zeppelin, que casualmente es del mismo año en que fue tomada la foto para la portada del Animals de los Floyd. Separo el brazo  del vinilo y lo devuelvo a su carpeta de vuelta con el cerdo Algie.

Por lo que se ve el año 1976 realmente fue un gran año  para el mundo de la aeronáutica –pienso– , al fin y al cabo los zepelines también vuelan.