UNOS ROBLES QUE CRECIERON DELANTE DE TODO EL MUNDO

Puede que algunas de las personas que miraban nuestro escaparate comentasen que la idea les parecía de lo más neoyorkina, pero lo cierto es que tanto la ubicación como los ingredientes eran de lomás cercanos. El escaparate de Moksín fue, durante los últimos meses, un vivero en el que crecieron unos 30 robles. Delante de los visitantes pasaron de bellota a pequeño árbol y de ahí se fueron en busca de una nueva existencia – y con perspectivas a muy largo plazo – en los parques públicos de A Estrada, donde ya han sido plantados, y de Santiago, donde lo estarán en breve.

 

¿Por qué convertir un escaparate en un vivero temporal? Cada vez que se cambia el escaparate en cualquier tienda la decoración que lo protagonizaba se enfrenta a su final: los escaparates no son permanentes, sino algo con fecha de caducidad, y cuando llega el momento de cambiarlos, las cosas que los ocupaban y que le daban su personalidad se convierten en simplemente basura. Ante la cuestión de que si no se podría encontrar una fórmula para hacer que la decoración de los escaparates tuviese una vida que fuese más allá de ese momento efímero, nació esta idea.

Si el escaparate fuese algo vivo, seguiría contando con un uso cuando llegase el momento de cambio de temporada. Únicamente se tendría que escoger el elemento vivo que se quisiese introducir. La única regla que tendría que cumplir sería la de que el elemento a incluir no solo hablase del lugar del que somos sino también del espacio en el que queremos estar. Tendría que ser algo gallego, pero también algo especial.

El ganador fue un árbol, ya que los robles son algo muy enraizado en la cultura gallega y también algo que tendrá una existencia muy plena y muy extendida a lo largo del tiempo. Un roble crecerá año tras año y acabará dando una buena sombra hasta la que llegar paseando con nuestros zapatos y sentarnos en ella. Las bellotas fueron recogidas en febrero, plantadas en marzo y crecieron en el escaparate entre junio y julio. Plantar un roble no resulta muy complicado y, siguiendo las instrucciones de los expertos, se puede llegar a tener una planta muy pronto.

 

Así fue como los árboles aterrizaron en el escaparate primavera – verano. Las bellotas crecieron en unas tazas de cerámica de la diseñadora Verónica Moar, en donde fueron madurando todos estos meses hasta que llegó el momento de trasplantarlos a su destino final.  Los robles sirvieron como excusa para crear microrrelatos, para organizar conciertos y hasta como material de inspiración para una exposición, demostrando que un escaparate puede estar más vivo que nunca.

 

 

RECETA PARA PLANTAR TU PROPIO ROBLE:

Ingredientes:

  • Bellotas
  • Tierra
  • Arena
  • Agua
  • Una taza

Plantar un roble es muy fácil, casi tanto como cuando en el colegio uno tenía que hacer aquellos experimentos con habas y lentejas. Solo se necesita una bellota, recogida en monte cualquiera de Galicia, y una taza en la que plantarlo. Usa tres partes de tierra por cada parte de arena y mantén siempre húmeda la superficie. No olvides cambiar de forma regular la ubicación de la taza para que el sol llegue por igual al roble y no crezca torcido.